Maranatha Estado de México "El lugar donde lo inesperado puede suceder"
13/04/2023.
Pastora. Sarai Rodríguez
Dios fluye en nuestra vida y hace cosas nuevas en nosotros, nos quebranta y somos nuevas criaturas.
Quebrantar no es otra cosa, más que reconocer nuestra condición delante del PADRE, en ocasiones somos renuentes y vamos en contra de su voluntad, siendo como vasija fracturada que nos resistimos a rompernos, por porque no queremos dejar conductas, cambiar nuestro carácter, los modos y costumbres que tenemos.
- Para ser una vasija nueva, debemos quebrantémonos delante de Dios -
¿Por qué no recibimos algo nuevo de Dios?
Por qué sabiendo que estamos fracturados, no queremos rompernos por completo, pero cuando nos quebrantamos delante de Dios, es por causa de la fuerza que está fluyendo el agua del rio de su espíritu.
Cuando estamos a punto de rompernos lo que necesitamos es el fluir del agua viva, no bregues por conservar tu vasija fracturada por que eso solo te traerá dolor y fracaso, deja que el Espíritu Santo te rompa para que puedas avanzar.
Cuando en el mundo se rompe algo ya no vale lo mismo porque ya no tiene la misma apariencia aun si lo tratemos de restaurar. A veces intentamos métodos para ser pegados y aparentar, métodos para pegar aquella herida, aquel dolor, aquella desilusión para aparentar estar bien, pero con Dios no sucede así, con Dios no hay apariencias, cuando algo se rompe, anuncia que Él puede hacer algo nuevo en nosotros.
Cuando algo se rompe en las manos de Dios, el no lo va a pegar para que nuestra apariencia sea la misma, Dios lo va a transformar y lo hará nuevo, así que si nos tenemos que romper que sea en las manos del alfarero.
Dios no mira la apariencia, Dios mira el corazón, esto quiere decir que si nos hace nuevamente es por que llenara algo nuevo dentro de nosotros, porque Dios no es por fuera para dentro, Dios es de adentro para fuera y si queremos tener una vida alta en Dios, debe ser de dentro hacia fuera.
- El hombre mira a su parecer, pero Dios mira a su interior -
Dios esta buscando vasijas completamente nuevas para depositar en ellas ese rio de agua viva, si buscamos más, si anhelamos más es preciso rompernos y que nuestro corazón tome la anchura y profundidad que el Espíritu necesita.
Cuando somos rotos en las manos de Dios, el hace de nosotros una vasija nueva donde podemos contener su Santo Espíritu, contener ese fluir de agua y no solo contener, sino poder fluir en otra agua viva.
Dejemos de vivir de afuera hacia dentro y comencemos a vivir de adentro hacia fuera, nuestro valor no está en lo que ves por fuera, nuestro valor está en lo que tu contienes y nos damos cuenta de que nada no hace falta, por que Dios es nuestra plenitud.
Una vez que reconocemos nuestra condición ante Dios, seremos lleno del rio de su Espíritu y en nuestro interior correrán ríos de agua viva, debemos de reconocer que somos contenedores, que somos vasos de barro que será quebrantado para poder contener lo nuevo de su Espíritu Santo y una ves que eso pase debemos de conservar ese fluir del rio de Dios.
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”
2 Corintios 4:8 RVR
La presencia de Dios sobre nuestra vida, su Espíritu Santo fluyendo a través de nuestro interior, es nuestro mayor tesoro, que contenemos en nuestro interior como vasijas de barro. Enfoquemos el tesoro que contenemos dentro de nosotros, ese tesoro inigualable que quiere llenarnos, Cuando alguien tiene un tesoro, lo cuida y procura que este bien, no lo malgasta.
No sigamos resistiéndonos a seguir siendo ese vaso fracturado, permitamos que el poder del rio del Espíritu Santo de Dios rompa por completo todo lo que ha impedido avanzar, que rompa todo desde nuestro interior, de modo que seamos transformados en un vaso nuevo llenos de su Espíritu Santo.
¡ Amén !